Reconociendo el desafío
El concepto de “El Camino” comenzó con un deseo de mejorar. Los programas de formación de fe en nuestra diócesis son sólidos e integrales, pero nada es perfecto. Queríamos hacer algo respecto a la baja de asistencia a las aulas de Educación Religiosa de los grados de primaria a secundaria y mayormente, de los grados de secundaria a preparatoria.
También escuchamos a los líderes catequéticos sobre la apatía que observan en los adolescentes desde el octavo grado, empeorando en la escuela preparatoria.
En 2017, un estudio encontró que hoy en día, la edad promedio en la que los niños pierden la fe y dan la espalda a la Iglesia empieza a los 11 años. Incluso, algunos de los entrevistados tenían tan solo 9 años cuando ya perdían la fe.
¿Cómo podríamos aumentar la retención en los programas de formación de la fe, cerrar las brechas en las que los niños los abandonan y guiarlos a convertirse en discípulos de Jesucristo desde la niñez?
El nacimiento de una idea: desarrollar “El camino”
El haber comenzado a implementar un proceso de discipulado para adultos a nivel parroquial llamado “Clear Path”, nos dío la idea de un desarrollar un proceso similar para la formación de discipulado de los niños.
¿Cómo sería possible hacer crecer en los niños una relación con Cristo Jesus antes de que se alejasen de su Iglesia en la adolescencia?
Estas fueron las preguntas que dieron inicio al desarrollo de “El Camino.”
Concebimos la idea de un sendero como un hoja de ruta con hitos o marcadores cruciales de la infancia que prestaba especial atención a las brechas, o sea, puntos en los que los niños a menudo no continuaban su formación en la fe
La diócesis completó un Proceso de Visión en 2018, y este mapa surgió como un objetivo en esa visión diocesana llamada Iniciativa de niños a Adultos Jóvenes.
La idea estaba en su lugar; ahora necesitábamos un plan.
Los padres son la clave
Comenzamos a reunirnos en comités basados en rangos de edad para discutir los hitos y cómo podríamos involucrar mejor a los niños durante su proceso de formación infantil.
Los miembros del comité eran clérigos, líderes catequéticos parroquiales, maestros y directores de escuelas católicas y ministros juveniles.
Rápidamente se hizo evidente que los padres serían cruciales para el éxito de este proyecto. En general, todos estuvieron de acuerdo en que los padres eran vitales (y esencialmente irremplazables) para el proceso de discipulado de sus hijos.
Fundamentos de la investigación: comprensión del desarrollo infantil
Encontramos una investigación de campo del sociólogo católico Christian Smith que confirmó nuestra intuición. En sus estudios, Smith argumenta que los padres son los que más influyen en las creencias y prácticas religiosas de un niño. Ellos son vitales para un proceso exitoso de formación de la fe de sus hijos.
También descubrimos que María Montessori y Sophia Cavalletti, las visionarias fundadoras de la Catequesis del Buen Pastor, ya habían desarrollado gran parte de lo que proponemos aquí.
Utilizando la psicología del desarrollo Montessori, ellas diferenciaron las etapas cognitivas por las que los niños pasan naturalmente a medida que crecen y aprenden.
Estas son las diferentes etapas que ves en el mapa: Concreta, Cósmica, Cultural y Constructiva.
Hay un lugar para cruzar estas regiones del mapa
Está representado por un puente.
Estos corresponden aproximadamente a las brechas discutidas anteriormente.
La innovación de Montessori fue el adentrarse en aquello que ya intelectualmente les apasiona a los niños y estructurar la enseñanza para que encajara en estos modos.
Cavalletti aplicó el mismo enfoque a la formación de la fe católica.
Enseñar a través del diálogo: una metodología compartida
Otro avance se produjo cuando descubrimos que Smith y Cavalletti compartían un aprecio común por un método de enseñanza a través del diálogo y el autodescubrimiento.
Los niños aprendían mejor cuando encontraban respuestas a través de su propio razonamiento, y esas lecciones tendían a perdurar en ellos.
Durante años, hemos trabajado con una exitosa organización misionera en Canadá llamada “Catholic Christian Outreach.” Utiliza el mismo enfoque dialógico para la evangelización de adultos en su discipulado en grupos pequeños.
Las metodologías de convergencia de estas tres fuentes confiables nos convencieron de que valía la pena seguir este enfoque.
El papel crucial de la familia
Las ideas de Smith sobre la prioridad de los padres hacen de la familia un contexto ideal para este diálogo.
A diferencia del carácter cada vez más deconstructivo de la cultura, la familia es la unidad social más pequeña que aún es capaz de transmitir valores.
La familia proporciona un ambiente seguro y de apoyo para discusiones abiertas. Los niños pueden discutir libremente sus cuestiones, problemas y dudas.
Al mismo tiempo, los padres pueden guiarlos para distinguir la verdad de la ficción. Por eso, “El Camino” se dirige principalmente a los padres.
Recorriendo “El Camino”
Las posadas representan momentos de formación intencional y conversación dentro de la familia. También hay oportunidades para crear recuedos, como los retiros que están representados por el pintor.
Los Sacramentos son anclas en el mapa del Camino. Estos puntos de cohesión a lo largo del camino del discipulado son vitales y dan continuidad a este mapa, mientras que la gracia nos va impulsando en la jornada espiritual
Hacia el objetivo final
El final de esta peregrinación es la Catedral.
Esto representa nuestra meta final del cielo, el destino y el verdadero hogar hacia el que todos estamos peregrinando y debemos alcanzar para que nuestras vidas sean un éxito.
Por qué la acción es imperativa: las consecuencias de la inactividad
¿Entonces, qué hacemos ahora? Los niños están perdiendo la fe a edades cada vez más tempranas. Este problema no va a desaparecer. En todo caso, empeorará.
¿Qué pasa si mantenemos todo igual? Si quieres ver ese futuro, observa a Europa. Los funcionarios de la iglesia allí desearían tener la programación integral y el compromiso en la formación de la fe que tenemos en los Estados Unidos. A los obispos europeos les preocupa que no quede suficiente masa crítica para cambiar la situación. Ahora es el momento decisivo para actuar.
La visión del éxito: beneficios para los niños y las familias
Si lo logramos, más niños permanecerán en la formación de la fe, tendrán relaciones más sólidas con Dios y tendrán conversiones más sustanciales, lo que significa que menos personas se alejarán de la fe en su juventud.
Tendremos más Confirmaciones, lo que significa que más católicos estarán completamente armados con la gracia de vivir vidas católicas y difundir la fe a otros.
Esto tiene beneficios inmediatos porque la investigación de Christian Smith demostró que los niños y adolescentes religiosamente activos obtienen mejores resultados en objetivos mensurables como relaciones familiares, logros académicos, amistades con compañeros y satisfacción con la vida.
En última instancia, ¿no es eso lo que todo padre quiere para sus hijos: que vivan vidas felices, bien adaptadas y con propósito?
Y que decir del beneficio eterno de todo esto. Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? (Mt 16:26). Recordemos que todos viviremos en algún lugar en la eternidad. Como padre, ¿Cuál quiere que sea ese lugar para su hijo?
Adoptando una estrategia beneficiosa para todos: Invertir en formación religiosa
El Camino es beneficioso para todos los padres de familia. Invertir tiempo en la formación religiosa de su hijo generará dividendos en esta vida y en la próxima.
A lo largo de los años, hemos conocido a muchas personas que se arrepienten de no haber sido más proactivos en el desarrollo de la fe de sus hijos mientras crecían.
A menudo, conforme la vida avanza, la fe se vuelve más importante para las personas. Pero los hijos de éstos ya han abandonado la Iglesia y no quieren hablar de religión.
No queremos que usted se arrepienta de eso. Invierta ahora en la fe futura de sus hijos. Dedique tiempo a guiarlos siguiendo esta guía para la vida.